Tuesday, October 31, 2006

MIENTRAS PENÉLOPE TEJÍA

MIENTRAS PENÉLOPE TEJÍA.


Mientras Penélope tejía

Odiseo en su aventura

soportaba furiosos asedios y pruebas.


Vio a los lestrigones destrozar sus navíos;

de tumbo en tumbo

arrojado estuvo por las olas

a las arenas de un caro y

desconocido islario;

a sus compañeros vio en las pocilgas

de las piaras;

la maga Circe lo recibió en Eea,

y lo salvó Hermes con sus hierbas,

de hechiceras pociones

y maléfico poder;

en Esqueria estuvo

cansado y poco tiempo;

en extraño procedimiento

visitó el Hades,

para escuchar de Tiresias,

amado de Perséfone,

las coordenadas de regreso

a Ítaca;

Calipso lo retuvo en Ogigia;

junto a los demás marinos,

tuvo que llevar a sus oídos

sus dedos,

para resistir el encanto de las sirenas;

y ya,

cuando su arribo hizo a puerto,

por la gracia de Atenea,

tuvo que meditar

en compañía del divinal Eumeo,

sobre la tensión del arco,

la puntería y velocidad de la flecha,

la sangre y la carnicería,

el final de un tiempo aciago,

y la feliz sonrisa

de Penélope y Telémaco.





(De la Plaquette: Rosario de Nueve Perlas)

Tuesday, October 24, 2006

HE OLVIDADO SU NOMBRE, PERO ELLA ME RECORRE POR DENTRO

HE OLVIDADO SU NOMBRE,
PERO ELLA ME RECORRE POR DENTRO


A mis labios acercó su miel,

su incienso,

y el origen de todo fuego.


Su cuerpo fue uno con mi cuerpo,

tuve sus túrgidos pechos,

su negro pelo,

y fueron a mis ojos sus ojos como cortante puñal de acero.


De eso hace muchos años,

sólo tengo el recuerdo,

he olvidado su nombre,

pero ella me recorre por dentro.


A veces me constriñe el pecho,

viaja por el flujo de mi sangre

y me embriaga su aliento.


De eso hace muchos años,

sólo tengo el recuerdo,

pero ella me recorre por dentro.

Saturday, October 07, 2006

UN ANTIGUO MISTERIO

“…Teresa Dager sueña en el piso 15,
rodeada de zafiros derrotados.
Y sólo piensa en ese arriero de Aleppo,
que el 7 de agosto de 1925
la miró con ganas y en silencio”.

Jorge García Usta.



UN ANTIGUO MISTERIO


Con sus labios rozó mis párpados

y descubrió un antiguo misterio

como cuando Dios jugaba con sus dedos.


Le dije sigue,

y me envolvió su aliento.


Vi en Cartagena de Indias

una puesta de sol;

gorilas salvajes en Borneo;

una niña con sombrero,

caminando entre arrozales de Indochina;

una chica mulata y un mozo rubio

de bellos cuerpos,

bailando calipso y cumbia

descalzos en la arena,

en San Bernardo del Viento.


Y vi imágenes cercanas o lejanas en el espacio

y el tiempo.


Me faltan sus caricias

y ella no está conmigo,

porque me vi despertando

con ganas y en silencio.