Tuesday, October 30, 2007

EL LEVE VUELO DE LAS MARIPOSAS

VIII



1492, noches de octubre.

Los conquistadores miraban y analizaban

constelaciones, sextantes y astrolabios,

ahítos de espera, y al rompe, sus ojos

y demás sentidos asaltados por asombros insulares,

y las repentinas apariciones de las Catonephele Numili,

Heliconius Melpómene, las Topacio azul, y las

Eusmene Atala, cuando ni siquiera tenían nombre,

y sólo eran parpadeo, alucinación y colores.

Mucha la abundancia y escasas las palabras.

Y aún, muchos años después,

ante tanto trópico, ante tanta efusiva naturaleza,

nunca los Cronistas de Indias supieron

describir el asediante reflujo de lo innombrable.

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